viernes, 13 de abril de 2018

Hablando de... - [8] A Silent Voice y su tratamiento del bullying

Unas pequeñas consideraciones antes de lo que viene siendo esta entrada:
1) Este es mi blog de manga, manwha y manhua, y como tal seguirá siendo exclusivamente de ello, si quieres una opinión sobre la peli os redirijo a esta entrada de mi colega @nosbiosbardos.
2) Hablaré única y exclusivamente del manga con la traducción de Milkyway Ediciones (link de compra), cualquier otra cosa no la tendré en cuenta. Ni el oneshot homónimo, ni cualquier otra traducción sea hecha por fans o por alguna editorial de otro país. Por quitarme trabajo de encima y tal.
3) En esta entrada me voy a centrar en el tema que quiero abordar y le da nombre: el bullying y como lo trata la autora. Para una reseña al uso aquí de mi amiga @laermitadeakiba.
4) Ambas entradas que he enlazado me parece que aportan algo. No estoy de acuerdo al 100% con ellas, porque nunca se puede estarlo, pero creo que dan visiones interesantes y merecen un vistazo.
5) Cualquier cosa que digo se puede comprobar en el anexo donde he dejado mi bibliografía y fuentes.
Ahora sí, vamos con el tema.


Primero un poco de base para entender porque y cómo voy a hablar de esto. Me he leído un total de seis veces esta obra, buscándole el prisma de por dónde enfocar la reseña, a cada relectura me gustaba menos y, cuando me enteré de que esto se tomaba como referencia en casos de bullying, me cabreé.
Izquierda 20minutos  Derecha ECartelera


Volviendo a mí caso y desde el punto por el cual puedo llegar a guiar este ensayo: he sufrido bullying 7 años de mi vida, desde los 10 a los 16 años, especialmente frecuente entre los 11 y los 14. Os digo esto no para que empaticéis conmigo, sino como forma para dar a conocer que hablo con conocimiento de causa, no toda la gente que habrá pasado por lo mismo que yo si ha sufrido bullying, ni me voy a poner aquí a redactar mis memorias que no vienen al caso, simplemente creo que puedo abordar bien el tema.
Dejando mis cosas a un lado, empiezo con el tema y, obviamente, spoilers de todo A Silent Voice, avisados quedáis.
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Nadie es tan bueno
Algo está mal cuando en tu obra sobre el bullying usas al personaje que lo ha sufrido como plot device. Shôko es una persona demasiado pura como para ser creíble, demasiado buena como para que parezca un personaje real. Su construcción, su mera existencia, tiene como fin la redención del protagonista. Y es una pena.
¿Cuál es la razón para ser tan buena persona? Desde el principio Shôko es jodida por Shôya, no es cuestión de que al principio le trate bien o normal y por ello se enamora para más tarde ser tratada mal por él. Shôya le trata mal desde el momento que entró por la puerta de su clase, no hay ninguna razón para que Shôko se parta el lomo para quitarle las pintadas de su pupitre o buscar los zapatos cuando se los roban sus examigos. Todo esto en el mísero primer tomo.
Cuando se reencuentran trata bien a todo el mundo. A Shôya le quiere desde el minuto uno, se encoña con él sin haber visto si ha cambiado si quiera. A Ueno lo mismo, esta le trata fatal, incluso le pega una paliza y aun así se ofrece a ir con el paraguas juntas tras la reiterada negación de Ueno (tomo 6).
Vale que quieras ser amable, que intentes llevarte bien con la gente, pero aun siendo tan buena, si supuestamente lo eres dejarás ir a la gente que no quiere estar contigo, precisamente porque eres buena y comprendes las decisiones de los demás.
Es triste cuando un personaje es manipulado de esta forma. Es manejado por la autora como quiere para crear situaciones afines al protagonista, en las que él sea el bueno de la historia, en las que él salga indemne por lo que ha hecho a la pobre Shôko. No es hasta el tomo 7, el último jodido tomo, en el que Shôya pide perdón a Shôko por lo que la hizo en el colegio. Le hemos visto decir que estaba muy arrepentido, que se quería suicidar; pero eso no lo sabe Shôko, eso lo sabe el lector que ve los pensamientos del protagonista, pero no ella. Y eso es un fallo insalvable.
Shôko se pasa todo el manga compadeciéndose de sí misma, aceptando que es la mala porque la gente es incapaz de decirle que no es su culpa, que ella no ha hecho nada malo, que los malos son los demás. Shôko Nishimiya es un personaje roto. Solo vale para una cosa y es hacer bueno al prota.
Como último apunte voy a dejar un pequeño fragmento de una entrevista que le hizo Kasumi Arimura a autora, donde deja en claro que Shôko directamente está carente de personalidad.
Fragmento de entrevista en el tomo 6 de A Silent Voice 

Romantificar al bullie
En el otro lado de la balanza tenemos a Shôya, un personaje que es a la vez abusador y abusado, víctima y verdugo; y por eso es fácil descompensar una parte en favor de la otra como sucede en la obra, donde se le victimiza en exceso en favor de que sus acciones anteriores no parezcan tan malas.
Aquí hay dos cosas que quiero remarcar mucho:
1) Ser víctima no te exonera de lo que hiciste en el pasado.
2) No es el karma, ni merecido, ni nada por el estilo. Es usado como chivo expiatorio y lo que le hicieron es tan condenable como lo que hizo.
Con estas dos cuestiones claras expongo los hechos.
Shôya está construido para dar pena. El suicidio es usado como un recurso vago, es perdonable en muchas obras porque está puesto para darle algo más de chicha a un personaje (normalmente secundario), pero aquí ese pensamiento lo tiene el protagonista y todo se ha desarrollado por dicho pensamiento. Aquí la motivación del prota es importante, es vital, y solo se hace mención explícitamente en el tomo 2 (mención que deja bastante que desear). Se podría perfectamente quitar ese pequeño trozo y la historia seguiría inalterable porque la personalidad de Shôya no casa con esa idea. Parece que se haya creado primero el personaje y después, para que de penita y olvides todo lo malo que ha hecho, le pegas que “se quiere suicidar”.
El protagonista sabe que lo ha hecho mal, pero la autora se encarga todo el rato de exculparle mediante el uso de sus personajes secundarios. Un ejemplo de ello es como Yuzuru odia a Shôya durante aproximadamente medio tomo (2 semanas en el tiempo del manga, más o  menos) y luego se vuelve su mejor amigo, olvidando todo lo que le hizo a Shôko; para más inri, al principio del tomo 3 Miyako (la madre de Shôka) y Yuzuru hacen bromitas con que «A ver cuándo empiezan a salir», esto no casa con la personalidad de Yuzuru mostrada en el tomo 5 donde protege a su hermanita a toda costa. Y la misma idea con Sahara y  Mashiba: Sahara sufrió bullying involuntario por culpa de Shôya y compañía, tendría que ser reacia a acercarse a él (y lo mismo con Ueno, que de primeras —y después— la trata fatal); a Mashiba se lo cuentan y tras darle un puñetazo y una “frase dramática” todo queda igual, te ha estado mintiendo a la cara con un tema serio y del cual habéis hablado varias veces, esa respuesta se queda muy corta. La única que actúa de forma coherente es Yaeko, la madre de Shôko y Yuzuru, la cual es reacia a interactuar con él y cuando lo hacen sus hijas las intenta apartar; no es hasta que Shôya ayuda a Yuzuru con la muerte de su abuela que le empieza a tomar en consideración, tal vez demasiada, que le has dado las llaves de tu casa al exbullie de tu hija… (tomo 5).
Creo que se ve por donde voy, ¿no? Los secundarios están muy bien construidos hasta que entra Shôya en escena y la realidad creada se ajusta a su figura porque patatas. El caso más flagrante de esto es el intento de suicidio de Shôko (que, por cierto, es muyyyyyyyy conveniente), donde se banaliza el tema en pos de generar tensión y favorecer la “evangelización” del protagonista al ser el salvador.
Toda esta distorsión, todos estos tejemanejes de personajes con un único propósito: el romance entre Shôya y Shôko. Un romance que desde un principio es desigual por la relación de poder entre abusador y víctima, mal llevado por lo que he explicado en —Nadie es tan bueno—, y que tiene como único objetivo la redención de Shôya (acentuado con el hecho salvó a Shôko del suicidio y ahora parece que le debe algo cuando no es así). Con el este romance se consiguen dos cosas que perpetúan estereotipos perjudiciales:
1) El amor lo puede todo
2) La exoneración completa de Shôya de cualquier tipo de responsabilidad por lo que hizo. Pide perdón y ya, recuerdo (otra vez) que esto además lo hizo en el tomo 7, el último.
Me vendieron una historia sobre el bullying y lo que me he encontrado es un romance forzado y una redención inmerecida.

Los otros abusadores
No me quiero olvidar de las otras personas que abusaron y que su “redención” está casi tan mal llevada como la de Shôya, obviamente hablo de Ueno y Kawai.
Estas dos chicas se pegan a Shôya haciéndose las buenas y consiguiendo una disculpa de Shôko tras no hacer nada. A Kawai se la perdona por «¡oh!, está enamorada de Mashiba y ha dicho que lo siente». Ueno más de lo mismo, pero con el componente añadido de haber reventado a patadas y dislocado un hombro a Shôko en el tomo 6; no sé, que Shôko intente seguir en contacto con ella es cuanto menos extraño y carente de lógica alguna por mucho que «la película vaya a ayudar a Shôya (otra mierda romántica más que discutible)».
Por cierto, no me quiero olvidar de los dos “mejores amigos” de mierda que tenía Shôya: Shimada Kazuki y Hirose Keisuke. Que ayudaron a abusar de Shôko, no se disculparon nunca con ella y los pintan como buenos al final porque sacaron a Shôya del agua cuando se cayó (finales del tomo 5 y principios del 6). Otra mierda más sin coherencia ni sentido.

Conclusión: mi problema
La historia en sí no es tan (taaaaaaaan) mala. Tiene sus cosas, para bien y para mal.
Lo que a mí me enerva y es con lo que no puedo es que la gente ponga esta obra como un manga anti-acoso, anti-bullying, que digan que es de obligatoria lectura en las escuelas pues conciencia sobre estos temas. No, disculpa, pero no. Trata el tema mal, como he ilustrado a lo largo de toda la entrada.
Que se haya vendido como lo que no es, por parte tanto de la editorial como de los medios es lo vergonzoso.
Extracto del anuncio en la web Listadomanga. Son las palabras de la editorial
Que los medios especializados se dediquen a hablar de la obra haciendo alusión a que trata bien el acoso escolar y el suicidio es frustrante. No he visto a ninguno ser crítico con su tratamiento, no se le ha reprochado nada cuando hay mucho que se podría decir. Por poner varios ejemplos tengo este artículo de Misión Tokyo, este otro de Kotaku y otro de Koi-nya (sé que no son del manga pero para mostrar lo que digo me vale, no es que se suela hablar mucho de mangas en este mundillo).
Yoshitoki Oima empezó a escribir A Silent Voice con 18 años y dice que nunca ha sufrido bullying directamente, obviamente esto ha pasado factura a la obra.
Extracto sacado de una entrevista para KodanshaComics
Si la autora hubiese contado con alguien que hubiese sufrido acoso escolar para asesorarla en estos temas creo que la historia hubiese tratado con mejor mano. Me da pena y rabia como se ha instrumentalizado el bullying, el suicidio y la discapacidad para aupar a una obra que no aborda los temas con la sensibilidad que merecen. Y, para mí, ese es el fracaso de la obra.

P.D.: Cualquier cosa que creas que me he colado puedes decírmelo en los comentarios del blog o por twitter, tanto mención directa como DM (los tengo abiertos).

Anexo: Créditos y bibliografía
Basado en el manga homónimo publicado por Milkyway Ediciones.
Inspiración inicial y para Los otros abusadores de este tuit de @scarlemon.
Ideas a la hora de plantear Romantificar al bullie y betareader por @laermitadeakiba por DM.
Idea para Nadie es tan bueno de @AlbaMChesire.
Notas que he tomado en la última relectura (es un documento .odt para descargar)
Entrevista entre Yoshitoki Oima y Kasumi Arimura, conocida actriz japonesa, al final del tomo 6 de A Silent Voice en la edición de Milkyway Ediciones.
Anuncio de la licencia por Milkyway Ediciones  (el enlace a su web está roto).

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