1) Este es mi blog de manga, manwha y manhua, y
como tal seguirá siendo exclusivamente de ello, si quieres una opinión sobre la
peli os redirijo a esta entrada de mi colega @nosbiosbardos.
2) Hablaré única y exclusivamente del manga con la
traducción de Milkyway Ediciones (link de compra), cualquier otra cosa no la tendré en cuenta. Ni el oneshot homónimo, ni
cualquier otra traducción sea hecha por fans o por alguna editorial de otro
país. Por quitarme trabajo de encima y tal.
3) En esta entrada me voy a centrar en el tema que
quiero abordar y le da nombre: el bullying y como lo trata la autora. Para una
reseña al uso aquí de mi amiga @laermitadeakiba.
4) Ambas entradas que he enlazado me parece que
aportan algo. No estoy de acuerdo al 100% con ellas, porque nunca se puede
estarlo, pero creo que dan visiones interesantes y merecen un vistazo.
5) Cualquier cosa que digo se puede comprobar en el
anexo donde he dejado mi bibliografía y fuentes.
Ahora sí, vamos con el tema.
Primero un poco de base para entender porque y cómo voy a
hablar de esto. Me he leído un total de seis veces esta obra, buscándole el prisma
de por dónde enfocar la reseña, a cada relectura me gustaba menos y, cuando me
enteré de que esto se tomaba como referencia en casos de bullying, me cabreé.
Izquierda 20minutos Derecha ECartelera |
Volviendo a mí caso y desde el punto por el cual puedo
llegar a guiar este ensayo: he sufrido bullying 7 años de mi vida, desde los 10
a los 16 años, especialmente frecuente entre los 11 y los 14. Os digo esto no
para que empaticéis conmigo, sino como forma para dar a conocer que hablo con
conocimiento de causa, no toda la gente que habrá pasado por lo mismo que yo si
ha sufrido bullying, ni me voy a poner aquí a redactar mis memorias que no
vienen al caso, simplemente creo que puedo abordar bien el tema.
Dejando mis cosas a un lado, empiezo con el tema y,
obviamente, spoilers de todo A Silent Voice, avisados quedáis.
—————————————————————————————————————————— ——————————
—————————————————————————————————————————— ——————————
Nadie es tan bueno
Algo está mal cuando en tu obra sobre el bullying usas al
personaje que lo ha sufrido como plot device. Shôko es una persona demasiado pura como para ser creíble, demasiado buena como
para que parezca un personaje real. Su construcción, su mera existencia, tiene
como fin la redención del protagonista. Y
es una pena.
¿Cuál es la razón para ser tan buena persona? Desde el
principio Shôko es jodida por Shôya, no es cuestión de que al principio le
trate bien o normal y por ello se enamora para más tarde ser tratada mal por
él. Shôya le trata mal desde el momento que entró por la puerta de su clase, no
hay ninguna razón para que Shôko se parta el lomo para quitarle las pintadas de
su pupitre o buscar los zapatos cuando se los roban sus examigos. Todo esto en
el mísero primer tomo.
Cuando se reencuentran trata bien a todo el mundo. A Shôya le quiere desde el minuto uno, se encoña con él sin haber visto si ha cambiado si quiera. A Ueno lo mismo, esta le trata fatal, incluso le pega una paliza y aun así se ofrece a ir con el paraguas juntas tras la reiterada negación de Ueno (tomo 6).
Vale que quieras ser amable, que intentes llevarte bien con la gente, pero aun siendo tan buena, si supuestamente lo eres dejarás ir a la gente que no quiere estar contigo, precisamente porque eres buena y comprendes las decisiones de los demás.
Cuando se reencuentran trata bien a todo el mundo. A Shôya le quiere desde el minuto uno, se encoña con él sin haber visto si ha cambiado si quiera. A Ueno lo mismo, esta le trata fatal, incluso le pega una paliza y aun así se ofrece a ir con el paraguas juntas tras la reiterada negación de Ueno (tomo 6).
Vale que quieras ser amable, que intentes llevarte bien con la gente, pero aun siendo tan buena, si supuestamente lo eres dejarás ir a la gente que no quiere estar contigo, precisamente porque eres buena y comprendes las decisiones de los demás.
Es triste cuando un personaje es manipulado de esta forma.
Es manejado por la autora como quiere para crear situaciones afines al
protagonista, en las que él sea el bueno de la historia, en las que él salga
indemne por lo que ha hecho a la pobre Shôko. No es hasta el tomo 7, el último jodido
tomo, en el que Shôya pide perdón a Shôko por lo que la hizo en el colegio. Le
hemos visto decir que estaba muy arrepentido, que se quería suicidar; pero eso
no lo sabe Shôko, eso lo sabe el lector que ve los pensamientos del
protagonista, pero no ella. Y eso es un fallo insalvable.
Shôko se pasa todo el manga compadeciéndose de sí misma,
aceptando que es la mala porque la gente es incapaz de decirle que no es su
culpa, que ella no ha hecho nada malo, que los malos son los demás. Shôko
Nishimiya es un personaje roto. Solo
vale para una cosa y es hacer bueno al prota.
Como último apunte voy a dejar un pequeño fragmento de una
entrevista que le hizo Kasumi Arimura a autora, donde deja en claro que Shôko
directamente está carente de personalidad.
Fragmento de entrevista en el tomo 6 de A Silent Voice |
Romantificar al bullie
En el otro lado de la balanza tenemos a Shôya, un personaje
que es a la vez abusador y abusado, víctima y verdugo; y por eso es fácil descompensar
una parte en favor de la otra como sucede en la obra, donde se le victimiza en
exceso en favor de que sus acciones anteriores no parezcan tan malas.
Aquí hay dos cosas que quiero remarcar mucho:
1) Ser víctima no te exonera de lo que hiciste en
el pasado.
2) No es el karma, ni merecido, ni nada por el
estilo. Es usado como chivo expiatorio y lo que le hicieron es tan condenable
como lo que hizo.
Con estas dos cuestiones claras expongo los hechos.
Shôya está construido para dar pena. El suicidio es usado
como un recurso vago, es perdonable en muchas obras porque está puesto para
darle algo más de chicha a un personaje (normalmente secundario), pero aquí ese
pensamiento lo tiene el protagonista y todo se ha desarrollado por dicho
pensamiento. Aquí la motivación del prota es importante, es vital, y solo se
hace mención explícitamente en el tomo 2 (mención que deja bastante que
desear). Se podría perfectamente quitar ese pequeño trozo y la historia
seguiría inalterable porque la
personalidad de Shôya no casa con esa idea. Parece que se haya creado
primero el personaje y después, para que de penita y olvides todo lo malo que
ha hecho, le pegas que “se quiere suicidar”.
El protagonista sabe
que lo ha hecho mal, pero la autora se encarga todo el rato de exculparle
mediante el uso de sus personajes secundarios. Un ejemplo de ello es como
Yuzuru odia a Shôya durante aproximadamente medio tomo (2 semanas en el tiempo
del manga, más o menos) y luego se
vuelve su mejor amigo, olvidando todo lo que le hizo a Shôko; para más inri, al
principio del tomo 3 Miyako (la madre de Shôka) y Yuzuru hacen bromitas con que
«A ver cuándo empiezan a salir», esto no casa con la personalidad de Yuzuru
mostrada en el tomo 5 donde protege a su hermanita a toda costa. Y la misma
idea con Sahara y Mashiba: Sahara sufrió
bullying involuntario por culpa de Shôya y compañía, tendría que ser reacia a
acercarse a él (y lo mismo con Ueno, que de primeras —y después— la trata
fatal); a Mashiba se lo cuentan y tras darle un puñetazo y una “frase
dramática” todo queda igual, te ha estado mintiendo a la cara con un tema serio
y del cual habéis hablado varias veces, esa respuesta se queda muy corta. La única que actúa de forma coherente es Yaeko,
la madre de Shôko y Yuzuru, la cual es reacia a interactuar con él y cuando lo
hacen sus hijas las intenta apartar; no es hasta que Shôya ayuda a Yuzuru con
la muerte de su abuela que le empieza a tomar en consideración, tal vez
demasiada, que le has dado las llaves de tu casa al exbullie de tu hija… (tomo
5).
Creo que se ve por donde voy, ¿no? Los secundarios están muy
bien construidos hasta que entra Shôya en escena y la realidad creada se ajusta
a su figura porque patatas. El caso
más flagrante de esto es el intento de suicidio de Shôko (que, por cierto, es
muyyyyyyyy conveniente), donde se banaliza el tema en pos de generar tensión y
favorecer la “evangelización” del protagonista al ser el salvador.
Toda esta distorsión, todos estos tejemanejes de personajes
con un único propósito: el romance entre
Shôya y Shôko. Un romance que desde un principio es desigual por la
relación de poder entre abusador y víctima, mal llevado por lo que he explicado
en —Nadie es tan bueno—, y que tiene
como único objetivo la redención de Shôya (acentuado con el hecho salvó a Shôko
del suicidio y ahora parece que le debe algo cuando no es así). Con el este
romance se consiguen dos cosas que perpetúan estereotipos perjudiciales:
1) El amor lo puede todo
2) La exoneración completa de Shôya de cualquier
tipo de responsabilidad por lo que hizo. Pide perdón y ya, recuerdo (otra vez)
que esto además lo hizo en el tomo 7, el último.
Me vendieron una historia sobre el bullying y lo que me he
encontrado es un romance forzado y una redención inmerecida.
Los otros abusadores
No me quiero olvidar de las otras personas que abusaron y que
su “redención” está casi tan mal llevada como la de Shôya, obviamente hablo de
Ueno y Kawai.
Estas dos chicas se pegan a Shôya haciéndose las buenas y
consiguiendo una disculpa de Shôko tras no hacer nada. A Kawai se la perdona
por «¡oh!, está enamorada de Mashiba y ha dicho que lo siente». Ueno más de lo
mismo, pero con el componente añadido de haber reventado a patadas y dislocado
un hombro a Shôko en el tomo 6; no sé, que Shôko intente seguir en contacto con
ella es cuanto menos extraño y carente de lógica alguna por mucho que «la
película vaya a ayudar a Shôya (otra mierda romántica más que discutible)».
Por cierto, no me quiero olvidar de los dos “mejores amigos”
de mierda que tenía Shôya: Shimada Kazuki y Hirose Keisuke. Que ayudaron a
abusar de Shôko, no se disculparon nunca con ella y los pintan como buenos al
final porque sacaron a Shôya del agua cuando se cayó (finales del tomo 5 y
principios del 6). Otra mierda más sin coherencia ni sentido.
Conclusión: mi problema
La historia en sí no es tan (taaaaaaaan) mala. Tiene sus
cosas, para bien y para mal.
Lo que a mí me enerva y es con lo que no puedo es que la
gente ponga esta obra como un manga anti-acoso, anti-bullying, que digan que es
de obligatoria lectura en las escuelas pues conciencia sobre estos temas. No,
disculpa, pero no. Trata el tema mal, como he ilustrado a lo largo de toda la
entrada.
Que se haya vendido como lo que no es, por parte tanto de la
editorial como de los medios es lo vergonzoso.
Extracto del anuncio en la web Listadomanga. Son las palabras de la editorial |
Que los medios especializados se dediquen a hablar de la
obra haciendo alusión a que trata bien el acoso escolar y el suicidio es
frustrante. No he visto a ninguno ser crítico con su tratamiento, no se le ha
reprochado nada cuando hay mucho que se podría decir. Por poner varios ejemplos
tengo este artículo de Misión Tokyo,
este otro de Kotaku y otro de Koi-nya (sé que no son del manga pero para mostrar lo que digo me vale, no es que se
suela hablar mucho de mangas en este mundillo).
Yoshitoki Oima empezó a escribir A Silent Voice con 18 años
y dice que nunca ha sufrido bullying directamente, obviamente esto ha pasado
factura a la obra.
Extracto sacado de una entrevista para KodanshaComics |
Si la autora hubiese contado con alguien que hubiese sufrido
acoso escolar para asesorarla en estos temas creo que la historia hubiese
tratado con mejor mano. Me da pena y rabia como se ha instrumentalizado el
bullying, el suicidio y la discapacidad para aupar a una obra que no aborda los
temas con la sensibilidad que merecen. Y,
para mí, ese es el fracaso de la obra.
P.D.: Cualquier cosa que creas que me he colado puedes decírmelo
en los comentarios del blog o por twitter, tanto mención directa como DM (los
tengo abiertos).
Anexo:
Créditos y bibliografía
Basado en el manga homónimo publicado por Milkyway Ediciones.
Inspiración inicial y para Los otros abusadores de este tuit de @scarlemon.
Ideas a la hora de plantear Romantificar al bullie y betareader por @laermitadeakiba por DM.
Idea para Nadie es tan
bueno de @AlbaMChesire.
Notas que he tomado en la última relectura (es un documento .odt para descargar)
Entrevista entre Yoshitoki Oima y Kasumi Arimura, conocida
actriz japonesa, al final del tomo 6 de A Silent Voice en la edición de
Milkyway Ediciones.
Anuncio de la licencia por Milkyway Ediciones (el enlace a su web está roto).
No hay comentarios:
Publicar un comentario